Guerra y sexo
Dices que vas a las guerras cántabras,
y aquí dejas herido a este urbano que nunca llegó a levantar un arma
que no fuese su corazón riojano.
Quisiera deleitarme en tus sonrisas,
cobijarme en tus amables caderas,
hacer mil veces el amor, sin prisa,
gozar como si un mañana no hubiera.
Añoro los besos aún venideros,
paradigmas hermosos y convulsos,
prolegómenos de buenos agüeros.
que conllevaran el acto concluso.
Muy lejos quedaron aquellos juegos,
fundamento de voces estentóreas,
cierto ritual de cálidos apegos,
que allegan las carnes concorpóreas.
Pueda parecer conceptual mi verso,
más fácil será de ser comprendido,
si llanamente, fornicar expreso
en un ladino román paladino.
prolegómenos de buenos agüeros.
que conllevaran el acto concluso.
Muy lejos quedaron aquellos juegos,
fundamento de voces estentóreas,
cierto ritual de cálidos apegos,
que allegan las carnes concorpóreas.
más fácil será de ser comprendido,
si llanamente, fornicar expreso
en un ladino román paladino.
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