Episodios riojanos: 01. De Pamplona a Nájera

© texto: Ignacio/Nacho Achútegui Conde. 2020
portada: collage con imagenes de internet




EPISODIOS RIOJANOS

por Ignacio Achútegui Conde

 

00. Introducción


LA RIOJA... "es un camino en la historia..." 0
El territorio riojano acumula escenarios de la historia. Castillos, campos de batalla, paisajes de vino y sangre, monasterios de trigo y letras...
EPISODIOS RIOJANOS te acerca esa historia para que conozcas un poco más esta tierra nuestra tan bonita. No pretende ser un tratado exhaustivo, sino unas breves pinceladas de la misma. Se trata de contarla de una manera breve y amena para llegar a todo el mundo.
DE PAMPLONA A NÁJERA es una primera entrega de como La Rioja llega a ser La Rioja. Primero provincia y después comunidad autónoma. Arranco con la formación de los reinos cristianos pues a partir de ahí surgirá el nuevo espacio y su nombre: La Rioja

0.- Tomado de La Rioja existe, canción de Carmen, Jesús e Iñaki 


01. De Pamplona a Nájera. Origen de un reino

 

                Siglo IX. Aquellas tribus de pastores, habitantes de los Pirineos y sus estribaciones hacia el sur, habían frenado el avance musulmán acaudilladas por Íñigo Arista lo que le valió a este ser nombrado por las crónicas árabes como señor de los vascones. El reino de Pamplona nació de la resistencia de aquellos ancestrales pobladores a perder su modo de vida, lengua y religión, amén de tierras y propiedades y la virtud de sus mujeres. La población diseminada en pequeños núcleos por entre inaccesibles montes y valles hubo de organizarse y con la bendición de su señor Jesucristo dieron forma a una suerte de guerrilla más o menos regular que escaramuza a escaramuza, batalla a batalla, siempre con el alto precio de la sangre no solo mantuvieron a raya al invasor, sino que le forzaron a retroceder.  Un siglo después, ya consolidado el reino en Pamplona y con la ayuda del monarca leonés lograrían echar al moro de las tierras del Najerilla.

Cuentan inseguras voces de leyenda que años antes en Clavijo, tuvo a bien aparecerse el apóstol Santiago en socorro de las tropas cristianas de Ramiro I rey de Asturias, capitaneadas por el camerano Sancho de Texada.

En el nuevo territorio, Veled Al-Assekia, que lo llamaron los sarracenos, los habitantes autóctonos de sustrato hispanorromano-gótico habían disminuido en consideración. Muchos habían muerto o huido ante la conquista islámica y el país precisó de ser repoblado. Los sucesivos reyes favorecieron el avance hacia estos valles de sus gentes del norte, que al asentarse nombraron montes y ríos en su antiquísima lengua euskara. Por razones militares, para una mejor defensa de las nuevas mugas, y quiero pensar que, por una mayor benevolencia de la climatología, otro rey trasladó la corte a Nájera.

Dos siglos llevaban, por tierras de Hispania, los reyes cristianos expandiendo su fe y sus reinos a golpe de espuela y espada precedidos siempre del estandarte de la cruz. Cada uno de ellos destacó por hechos de guerra, de cultura o por ambos. Fortalezas y monasterios, batallas y códices, el avance militar y religioso-cultural habría de estudiarse en siglos venideros como un hito en la historia de España.

Sería Sancho III el Mayor quien imprimiera mayor esplendor al reino extendiendo sus reales dominios por los territorios de Navarra, La Rioja, Castilla y Aragón. Desvió el camino jacobeo al sur, que entraría desde entonces en tierras riojanas por Logroño para abandonarlas en Grañón. Favoreció el escritorio de San Millán donde surgirían las primeras huellas del idioma romance junto a otras palabras en la lengua de aquellos pastores ahora pobladores nacidos en tierras de Nájera. Otorgó fuero a Nájera y en ella acuño moneda. A su muerte, los distintos territorios quedaron para cada hijo suyo, pero bajo vasallaje al hermano primogénito García III el de Nájera. Don García fundó los monasterios de Santa María en Nájera y de Yuso en San Millán, y con él, de nuevo la frontera del reino cabalgó más allá con la toma de Calahorra. Nájera-Pamplona, que fuera el mayor de los reinos hispanos de la época, alcanzaría en breve su fin tras la rebelión de los hermanos vasallos de Don García, que proclamaron sus reinos independientes, y las rencillas internas en el mismo reino najerino-pamplonés.


Corría ya el año 1076, el rey de Nájera-Pamplona Sancho IV el Noble acumulaba rencores debido a la falta de jugosos botines de guerra con que acrecentar la fortuna de los nobles señores de la guerra. Los anteriores repartos de tierras en tenencias per manum regis dotaban a los nobles de la facultad para el cobro de tributos y para la administración de la, no siempre, justicia; así el tenente proporcionaba hombres y recursos para la defensa del reino a cambio para sus ávidas arcas de la mitad de los tributos obtenidos del pueblo, la otra mitad engrosaría las también ávidas arcas reales.

Debido a un pacto entre el rey Sancho y el malik Al- Muqtadir de Zaragoza, las lindes se hallaban estabilizadas sin ningún tipo de movimiento en uno u otro sentido. El rey musulmán de Zaragoza obtenía apoyo del rey de Nájera-Pamplona,  contra el rey, también cristiano, de Aragón a cambio del pago de parias y de la renuncia a la Yihad en el territorio de Nájera-Pamplona.  La paz soliviantaba a los barones desde los montes de Oca hasta la ribera del Cidacos que veían decrecer su poder y su fortuna. El malestar hizo que el reino sufriese una división en dos familias políticas, con el rey o contra él. Una facción de la nobleza con Raimundo, señor de Cameros y Emersinda, a la sazón hermanos del rey, se conjurará buscando apoyos en Castilla. La tensión alcanzó su cenit en el término de Peñalén, cerca de Funes.

                ―El rey ha muerto ―sonó el grito por todo el reino

                ―¡Traición! ―pronto corrieron las circunstancias de su muerte ¡Traición! ¡Ha sido asesinado!

Sancho IV llamado desde entonces el de Peñalén fue arrojado desde una peña por sus hermanos. Su acción contó con el apoyo del rey Alfonso de León, y también de Castilla desde la mítica jura de Santa Gadea, que inmediatamente penetró por Pancorbo a terra lucronii, aut de nagera, aut de rioga1 para anexionarlas a Castilla. 

1.- Tomado del Fuero de Miranda de 1099

02. Los monasterios


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