Vieja Palestina
Bellas esmeraldas lucen tu mirada
esperanzada en la paz que no llega.
¿Volverá la vida a vivir?
¿Volverán los niños a jugar en el jardín?
No queda nadie:
han muerto
o marchado
que es otra forma de morir.
Bellos verdes lucen tus ropajes,
testigos de una vida que se va.
¿Volverá la muerte a rondar?
¿Volverán las mujeres por ti a llorar?
Nada queda:
solo algún viejo olivo
que apenas resiste
a la destrucción y al olvido.
Bellos cantos de esperanza
por tu nombre no enterrado.
Volverá tu estirpe con más vida.
Volverá a sanar tu tierra herida.
Tu historia,
tu derecho,
entre cenizas y holocausto
tu semilla de nuevo germina,
Bellos tus vientres fecundos
de infancias robadas.
Volverán las madres y maridos.
Volverán los juegos de tus niños.
Desde el río hasta el mar:
Salam, Shalom
tierra, pueblo, justicia,
estrella, media luna, crucifijo.
Mi bella y vieja Palestina.
I. A. C.
9 de abril de 2024
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