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Mostrando entradas de julio, 2016

Un día de lluvia... Versión microrrelato

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© Texto: Ignacio Achútegui Conde (Nacho) Portada: fotografía bajada de internet  y cuadro de Luis Burgos Titular de los derechos: el autor Cuando colgué el teléfono tuve la certeza de que jamás volvería a saber nada de ella.  Se había casado y ya tenía un hijo. Había transcurrido un tiempo desde que un espléndido sol alumbrara su sentimiento de culpa. En su presurosa huida abandonó una fragante estela sobre mi cama; ronroneos y melosos gemidos embriagaban mi mente sumida en el sueño más placentero y relajante. Sus manos firmes habían apretado mi cuerpo contra las curvas de sus caderas, cobijo de su esencia femenina, y labrado surcos de placer en mi espalda. Habíamos recorrido viejas y solitarias callejuelas, entre luces y sombras, en una divertida carrera bajo la lluvia. Me había aceptado un café bien caliente: apenas un alivio para aquella carita pálida enmarcada por dorados rizos que, embebidos de toda el agua del cielo, pesaban

Un día de lluvia... Versión extendida

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© Texto: Ignacio Achútegui Conde (Nacho) Portada: fotografía bajada de internet  y cuadro de Luis Burgos Titular de los derechos: el autor Cuando colgué el teléfono tuve la certeza de que, en otra ciudad, jamás volvería a saber nada de ella. ¡Uf!,  se había casado y ya tenía un niño  al que oí llorar de fondo. Había transcurrido un tiempo desde que un espléndido sol alumbrara su sentimiento de culpa. En su presurosa huida abandonó una fragante estela sobre mi cama; ronroneos y melosos gemidos embriagaban mi mente, sumida en el sueño más placentero y relajante. ¡Imposible, hubiera sido contenernos…! Sus manos firmes habían apretado mi cuerpo y labrado surcos de placer en mi espalda. Cerraba los ojos con fuerza, como queriendo impedir el asomo de cierto pudor, al tiempo que la suave cadencia inicial ganaba intensidad tras haber acompasado nuestra respiración. Invitado por su mirada hospitalaria había apoyado mi desnudo pecho s