El hedor de la infamia
Llora la vieja tierra la paz que nunca llega. Llora el niño, la niña, la infancia robada, Llora el padre el pan ausente. Llora la madre la casa derruida. Sangran el huerto asolado, los huesos profanados, Sangran los hospitales quemados, no son campos de batalla. Sangran las escuelas rotas, de sueños exiliados. Sangran cementerios de esperanza donde futuro es quimera. Sangran campos de dignidad donde piedras enfrentan tanques. Llora la blanca paloma y sangra el cañón de su fusil. I. A. C. 1de mayo de 2025