Sentencia


Testigos de épocas ya ajenas
que, caídos, retornan a mí.
Soy él. Un tiempo fuimos nosotros.
Hoy, solo yo y ...
la entelequia de la felicidad
que te afanaste en llevar al cadalso. 

Impía alma en sórdida pena
que, vencida, tratas de eludir.
Hoy, sola, tú y...
la esperpéntica realidad
que parió tu corazón en falso. 

¡Cuán cruel sea su existencia!:
Karma dixit.

Ignacio Achútegui Conde
Logroño, 2 de octubre de 2021

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