Episodios riojanos: 05. La anexión a Castilla

© texto: Ignacio/Nacho Achútegui Conde. 2020
portada: collage con imagenes de internet



EPISODIOS RIOJANOS

por Ignacio Achútegui Conde

 

05. La anexión a Castilla. Fueros y libertades. El ocaso del reino

 

                Corría ya el año 1076, el rey Sancho el Noble acumulaba rencores debido a la falta de jugosos botines de guerra con que acrecentar la fortuna de los nobles señores de la guerra. La tensión alcanzó su cenit en el término de Peñalén, cerca de Funes.

―El rey ha muerto ―sonó el grito por todo el reino.

―¡Traición! ―pronto corrieron las circunstancias de su muerte ¡Traición! ¡Ha sido asesinado!

Sancho IV llamado desde entonces el de Peñalén fue arrojado desde una peña por sus hermanos. Su acción contó con el apoyo del rey Alfonso de León, y también de Castilla desde la mítica jura de Santa Gadea, que inmediatamente penetró por Pancorbo a terra lucronii, aut de nagera, aut de rioga1 para anexionarlas a Castilla.

Las guerras entre Castilla y Nájera venían de una década antes. Tres reyes de mismo nombre ―nietos los tres, de Sancho III el Mayor, por tanto, primos carnales― combatirán por la hegemonía.  Atacado por Sancho II de Castilla, que llegó a Logroño y Viana, Sancho IV de Nájera-Pamplona solicitará apoyo a Sancho I de Aragón. La Guerra de los Tres Sanchos será breve, el rey castellano fue expulsado reteniendo para sí tan solo la Bureba y los Montes de Oca. Se cuenta que en la toma del castillo de Pazuengos, un jovencísimo Rodrigo Díaz de Vivar tras vencer en combate singular sería aclamado como Campidoctor>Campeador. Años después, los musulmanes a los que venció, o con los que se alió, lo reconocerían como Sīdī>Cid>Mi Señor.

 

                Volvamos a 1076. Muerto el rey de Nájera-Pamplona, sus territorios se verán ocupados.  Nájera, lo será por Castilla y Pamplona, por Aragón, con la complicidad de la nobleza correspondiente de cada región. Alfonso VI en su empeño llegó hasta el confín del reino en tierras de Calahorra y Alfaro. Desde entonces se intitularía como rey de Nájera, además de sus títulos anteriores. El nuevo rey dejaría el reino de Nájera en manos del conde García Ordoñez.

El Cid Campeador ―hoy día proclamado héroe de Castilla y por extensión de España― había caído en desgracia por segunda vez ante su rey Alfonso VI. Repudiado, será desterrado de Castilla y expropiados sus bienes. Iniciará una larga e impía cabalgada y se aliará como mercenario con quien le proporcione recompensa o le permita sustanciosas rapiñas. Aliado unas veces; otras, contrincante; tanto de reyes y señores moros, como cristianos. Doctorado en pillaje y saqueo, mantenía una enconada enemistad con el conde García Ordoñez. Tal, su odio hacia el conde que en 1092 entrando por Alfaro, no dudó en tomar cuantos castillos y ciudades encontró al paso de Babieca. Bien pertrechado de numerosas huestes de origen cristiano y musulmán, como señor de la guerra, asola el territorio riojano atacando Alfaro, Calahorra, Alberite, y destruyendo Logroño. Tras de sí dejará un reguero de violaciones y muertes, bosques talados y campos quemados hasta llegar a Haro que también conocerá su fuego inmisericorde.

«Saliendo al fin de Zaragoza, con gran e innumerable ejército, invadió las tierras de Calahorra y Nájera, que está en el reino del rey Alfonso y bajo su imperio. Cruelísimamente y sin misericordia alguna causó enorme, devastadora y lastimosísima, presa y siniestro cruel y vasto incendio con llama asoladora en todas aquellas tierras».

Gesta Roderici

 

«Entró Ruy Díaz en Logroño, en tierra de Navarra, è en tierras de Calahorra con gran hueste, è fizo grant encendimiento de fuego por toda la tierra, è robola, è cercó el Castillo de Faro, è tomol, è enviól mensageros al Conde Garcí Ordóñez, quel esperase siete días, è esperó, è ayuntaronse todos los poderosos de la tierra con él, è non osaron venir à él, temiendo la batalla».

Chronicón de Cardeña

 

                Alfonso VI ―sabedor de las desgracias, a sangre y fuego, acaecidas a sus nuevos súbditos por obra cidiana y conocedor de la necesidad de consolidar para su reino cualquier territorio fronterizo, más aún teniendo en cuenta una cierta unidad etnocultural común entre Nájera y Pamplona― tomará decisiones en pro del nuevo condado. Confirmará el fuero de Nájera otorgado por Sancho el Mayor, y lo llevará a Logroño, mejorándolo a sugerencia de su conde García Ordoñez.

Desde muy temprano, el alegre tañido de las campanas anunciaba la fiesta en la comarca.  Alberite, Villamediana, Logroño… despertaban ―engalanadas para la ocasión― con las nuevas buenas aquel día de febrero; el rey Alfonso visitaba Alberite para la firma solemne de la Carta Puebla concedida a la villa casi aldea de Logronio, Illo Gronnio, Logroño. No sería para menos, el Fuero de Logroño de 1095 concederá libertades y derechos.

Cederá tierras y reconocerá la propiedad y libertad de pastos y leñas. Nacerá el comercio libre, desaparecerán cargas realengas y señoriales. Se nombrará de entre los vecinos al merino y otros cargos. Dispensará del fonsadero o servicio militar. Otorgará inviolabilidad al domicilio, igualdad jurídica entre hispanos y francos, entre villanos e infanzones. Proveerá garantías procesales y penales, eliminando juicios de Dios y torturas.

Toda una suerte de… (salvando las muchas distancias) antecedente constitucional muy primitivo.

«Todo ello a mayor gloria para el reino y la persona del rey». Logroño pasará de villa, poco más que aldea, a villa franca.

«Pronto nos hizo libres, el fuero de Alfonso Sexto,

el Camino de Santiago, nos hizo europeos»

 

cantarán siglos después los logroñeses en el himno de la ciudad.

 

                El fuero favorecerá a Logroño, entrada principal al reino desde Pamplona. Gentes venidas de toda Europa ―lombardos, alemanes, flamencos, ingleses, normandos, borgoñeses… ― atravesarán el puente, se asentarán bajo el genérico de francos  para establecerse como artesanos, posaderos, cambistas…  De nuevo, y también con el auge de la ruta a Compostela, las tierras de Nájera serán una mixtura de lenguas.

La lengua castellana introducida por los pobladores que trajo Alfonso VI ―con un cierto parecido de hermanos con los romances autóctonos― fagocitará al mozárabe y al najerano-emilianense, el euskara aún habría de permanecer. Del romance riojano, apenas quedará más huella que las Glosas Emilianenses.

Logroño y su fuero serán modelo a exportar a otras localidades riojanas; y de estas, a otras de Navarra y del País Vasco, constituyendo el núcleo jurídico del derecho foral vasco-navarro. La villa y antigua corte de Nájera perderá su importancia en favor de Logroño que pelechará viendo crecer su población y su comercio.

 

                Los reyes de Pamplona continuaban intitulándose reyes de Nájera. Más de cien años estarán tratando ganar La Rioja de nuevo. Distintas plazas del reino de Nájera se verán unas veces bajo el mando de Pamplona-Aragón, otras de Castila; hasta 1177, con la mediación del rey de Inglaterra que fijó las fronteras dando La Rioja a Castilla, en lo que se conocerá como el Laudo Arbitral de Enrique II.

Será en el siglo XIII cuando el rey de Castilla Fernando III el Santo retira de su intitulación el nombre de Nájera a pesar de haber sido proclamado rey años antes por el pueblo en esta villa, según cuenta la tradición.

 

1.- Tomado del Fuero de Miranda de 1099

06. En preparación


05. La anexión a Castilla

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