EPISODIOS RIOJANOS
por Ignacio Achútegui Conde
05. La anexión a Castilla. Fueros y libertades. El ocaso del
reino
Corría ya el año
1076, el rey Sancho el Noble acumulaba rencores debido a la falta de jugosos
botines de guerra con que acrecentar la fortuna de los nobles señores de la
guerra. La tensión alcanzó su cenit en el término de Peñalén, cerca de
Funes.
―El rey ha muerto ―sonó el grito por
todo el reino.
―¡Traición! ―pronto corrieron las circunstancias de su muerte― ¡Traición! ¡Ha sido asesinado!
Sancho IV llamado desde entonces el de Peñalén fue arrojado desde una
peña por sus hermanos. Su acción contó con el apoyo del rey Alfonso de León, y
también de Castilla desde la mítica jura de Santa Gadea, que inmediatamente
penetró por Pancorbo a terra lucronii, aut de
nagera, aut de rioga1 para anexionarlas a Castilla.
Las guerras entre Castilla y Nájera venían de una década antes. Tres
reyes de mismo nombre ―nietos los tres, de Sancho III el Mayor, por tanto,
primos carnales― combatirán por la hegemonía.
Atacado por Sancho II de Castilla, que llegó a Logroño y Viana, Sancho
IV de Nájera-Pamplona solicitará apoyo a Sancho I de Aragón. La Guerra de los
Tres Sanchos será breve, el rey castellano fue expulsado reteniendo para sí tan
solo la Bureba y los Montes de Oca. Se cuenta que en la toma del castillo de Pazuengos,
un jovencísimo Rodrigo Díaz de Vivar tras vencer en combate singular sería
aclamado como Campidoctor>Campeador.
Años después, los musulmanes a los que venció, o con los que se alió, lo
reconocerían como Sīdī>Cid>Mi Señor.
Volvamos a 1076. Muerto
el rey de Nájera-Pamplona, sus territorios se verán ocupados. Nájera, lo será por Castilla y Pamplona, por
Aragón, con la complicidad de la nobleza correspondiente de cada región.
Alfonso VI en su empeño llegó hasta el confín del reino en tierras de Calahorra
y Alfaro. Desde entonces se intitularía como rey de Nájera, además de sus
títulos anteriores. El nuevo rey dejaría el reino de Nájera en manos del conde
García Ordoñez.
El Cid Campeador ―hoy día proclamado héroe de Castilla y por extensión de España― había caído en desgracia por segunda vez
ante su rey Alfonso VI. Repudiado, será desterrado de Castilla y expropiados sus
bienes. Iniciará una larga e impía cabalgada y se aliará como mercenario con
quien le proporcione recompensa o le permita sustanciosas rapiñas. Aliado unas
veces; otras, contrincante; tanto de reyes y señores moros, como cristianos.
Doctorado en pillaje y saqueo, mantenía una enconada enemistad con el conde
García Ordoñez. Tal, su odio hacia el conde que en 1092 entrando por Alfaro, no
dudó en tomar cuantos castillos y ciudades encontró al paso de Babieca. Bien
pertrechado de numerosas huestes de origen cristiano y musulmán, como señor de
la guerra, asola el territorio riojano atacando Alfaro, Calahorra, Alberite, y destruyendo Logroño.
Tras de sí dejará un reguero de violaciones y muertes, bosques talados y campos
quemados hasta llegar a Haro que también conocerá su fuego inmisericorde.
«Saliendo al fin de Zaragoza, con gran e innumerable
ejército, invadió las tierras de Calahorra y Nájera, que está en el reino del
rey Alfonso y bajo su imperio. Cruelísimamente y sin misericordia alguna causó
enorme, devastadora y lastimosísima, presa y siniestro cruel y vasto incendio
con llama asoladora en todas aquellas tierras».
Gesta Roderici
«Entró Ruy Díaz en Logroño, en tierra de Navarra, è en
tierras de Calahorra con gran hueste, è fizo grant encendimiento de fuego por
toda la tierra, è robola, è cercó el Castillo de Faro, è tomol, è enviól mensageros
al Conde Garcí Ordóñez, quel esperase siete días, è esperó, è ayuntaronse todos
los poderosos de la tierra con él, è non osaron venir à él, temiendo la
batalla».
Chronicón de Cardeña
Alfonso VI ―sabedor
de las desgracias, a sangre y fuego, acaecidas a sus nuevos súbditos por obra
cidiana y conocedor de la necesidad de consolidar para su reino cualquier territorio
fronterizo, más aún teniendo en cuenta una cierta unidad etnocultural común
entre Nájera y Pamplona― tomará decisiones en pro del nuevo condado. Confirmará el
fuero de Nájera otorgado por Sancho el Mayor, y lo llevará a Logroño,
mejorándolo a sugerencia de su conde García Ordoñez.
Desde muy
temprano, el alegre tañido de las campanas anunciaba la fiesta en la
comarca. Alberite, Villamediana,
Logroño… despertaban ―engalanadas para la ocasión― con las nuevas buenas aquel
día de febrero; el rey Alfonso visitaba Alberite para la firma solemne de la
Carta Puebla concedida a la villa casi aldea de Logronio, Illo Gronnio,
Logroño. No sería para menos, el Fuero de Logroño de 1095 concederá libertades
y derechos.
Cederá tierras y reconocerá la
propiedad y libertad de pastos y leñas. Nacerá el comercio libre, desaparecerán
cargas realengas y señoriales. Se nombrará de entre los vecinos al merino y
otros cargos. Dispensará del fonsadero o servicio militar. Otorgará
inviolabilidad al domicilio, igualdad jurídica entre hispanos y francos, entre villanos
e infanzones. Proveerá garantías procesales y penales, eliminando juicios de
Dios y torturas.
Toda una suerte de… (salvando las
muchas distancias) antecedente constitucional muy primitivo.
«Todo ello a mayor gloria para el
reino y la persona del rey». Logroño pasará de villa, poco más que aldea, a
villa franca.
«Pronto nos
hizo libres, el fuero de Alfonso Sexto,
el Camino
de Santiago, nos hizo europeos»
cantarán siglos después los
logroñeses en el himno de la ciudad.
El
fuero favorecerá a Logroño, entrada principal al reino desde Pamplona. Gentes
venidas de toda Europa ―lombardos, alemanes, flamencos, ingleses, normandos,
borgoñeses… ― atravesarán el puente, se
asentarán bajo el genérico de francos para establecerse como artesanos, posaderos,
cambistas… De nuevo, y también con el
auge de la ruta a Compostela, las tierras de Nájera serán una mixtura de
lenguas.
La lengua castellana introducida por
los pobladores que trajo Alfonso VI ―con un cierto parecido de hermanos con los
romances autóctonos― fagocitará al mozárabe y al najerano-emilianense, el
euskara aún habría de permanecer. Del romance riojano, apenas quedará más
huella que las Glosas Emilianenses.
Logroño y su fuero serán modelo a
exportar a otras localidades riojanas; y de estas, a otras de Navarra y del
País Vasco, constituyendo el núcleo jurídico del derecho foral vasco-navarro. La
villa y antigua corte de Nájera perderá su importancia en favor de Logroño que pelechará
viendo crecer su población y su comercio.
Los
reyes de Pamplona continuaban intitulándose reyes de Nájera. Más de cien años
estarán tratando ganar La Rioja de nuevo. Distintas plazas del reino de Nájera
se verán unas veces bajo el mando de Pamplona-Aragón, otras de Castila; hasta
1177, con la mediación del rey de Inglaterra que fijó las fronteras dando La
Rioja a Castilla, en lo que se conocerá como el Laudo Arbitral de Enrique II.
Será en el siglo XIII cuando el
rey de Castilla Fernando III el Santo retira de su intitulación el nombre de
Nájera a pesar de haber sido proclamado rey años antes por el pueblo en esta
villa, según cuenta la tradición.
1.- Tomado del Fuero de Miranda de
1099
06. En preparación
05. La anexión a Castilla
06. En preparación
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